La Vila fue documentada por primera vez en el año 1236 bajo el nombre “Santi Aini”. La presencia árabe y los frecuentes asaltos piratas a lo largo del tiempo, llevó a que esta zona desarrollara una red importante de torres de defensa, atalayas y fortificaciones.
A pesar de haberse convertido en un importante reclamo turístico, Santanyí conserva su arquitectura y encanto autóctonos. Pequeñas casas con una o dos plantas y materiales propios de la zona como son la piedra, los revocos de cal y el marés.